¿Qué es lo que nos envejece en realidad?

¿Eres de los que piensas que envejeces con la edad?

Esta es una de las creencias más profundas y arraigadas que tenemos sobre nuestra vida y de cómo funciona el mundo. Aprendemos desde muy pequeños a relacionar las etapas de la vida con el paso del tiempo: naces, creces, te reproduces, envejeces y mueres. Suena lógico, ¿No?

¿Qué pasaría si nos libráramos por un momento de ese paradigma? 

En la biblia, haciendo énfasis al antiguo testamento, se hace alusión a profetas que vivieron cientos de años. Enoch, nieto de Adán y Eva, vivió 905 años. Noé llegó a los 950 años. Te acuerdas del dicho ¿Eres más viejo que Matusalén? Pues bueno, seguramente que no porque Matusalén vivió 969 años. ¿Fantasía o realidad? En este mundo de ilusiones, todo es posible.

En las sociedades “modernas” el promedio de vida está alrededor de los 85 años, dependiendo claro, del país y el particular estilo de vida. Se nos ha dicho que somos de las sociedades más longevas y que en nuestros antepasados, la gente moría incluso alrededor de los 40 años por cuestiones de salud, porque no existía la ciencia “moderna”. Ese cuento sinceramente no me lo trago más. Hay suficiente evidencia para llegar a la conclusión personal, que esta es una de las tantas historias de ciencia ficción que nos cuentan para hacernos creer que dependemos de la “ciencia” para nuestro salud, bienestar y larga vida.

He leído mucho sobre el tema, y he llegado a la conclusión que ni el tiempo ni la ciencia tienen nada que ver con el proceso de envejecimiento. El tiempo por sí mismo no causa las arrugas ni las canas. El tiempo como ya sabemos, es ilusorio y además bastante relativo. Nos basamos en los ciclos solares y lunares para calcular cuánto dura un día, una semana o un año.  Pero hay algo que no cuadra. ¿Cómo es que una persona de 20 años puede desarrollar canas y otros con 70 años apenas y tienen?; ¿Si las cremas “anti-arrugas” que promueven en la televisión realmente funcionaran, no estaríamos todos ya con una piel tersa, suave, sin un rastro de arrugas?

¿Cuál es el secreto de algunas personas que parece que se “roban años” y que el tiempo no les afecta en absoluto? Seguro que conoces a más de uno(a). 

El secreto, es más obvio y más cerca de lo que imaginamos. El secreto está en el sub-consciente. Nuestro sub-consciente es ese poderoso ordenador que contiene toda la información de nuestra existencia. No sólo procesa y ejecuta nuestros movimientos y procesos físicos; también se encarga de generar todos los pensamientos, ideas y sentimientos inconscientes. Todo es información y energía, por lo tanto, un pensamiento es una energía puntual dirigida hacia un punto de atención, hacia un grupo específico de información. 

Hay creencias muy arraigadas en nuestro sub-consciente que nos hace pensar que las arrugas son parte del proceso de envejecer, que el tiempo es el culpable del envejecimiento y ya está. Como eso es lo que piensas, eso es lo que se manifiesta. Pide y se te dará.

Los pensamientos tóxicos son otra de las causas de verse más viejo(a). La energía enfocada a la creación es energía positiva, es energía creadora. La energía negativa tiende a la destrucción. En mi libro The Success Mindset, doy el ejemplo del gran descubrimiento que hizo el Dr. Massaru Emoto.

Con una cámara de alta velocidad se dispuso a tomar fotografías de alta resolución a moléculas de agua que estaban en su punto óptimo de congelación. Descubrió que algunos patrones moleculares estaban formados en hermosas estructuras geométricas perfectamente simétricas. En cambio, otras mostraban figuras más irregulares y caóticas. En su libro The Hidden Messages in Water, el Dr. Massaru describe según sus observaciones, que había una relación entre la energía del pensamiento y del ambiente expuesta en el agua. En otras palabras, pensamientos, palabras y condiciones naturales positivas resultaban en estas hermosas figuras geométricas. Agua expuesta a químicos tóxicos, palabras y pensamientos negativos, resultaban en moléculas con patrones irregulares y antiestéticos. 

El poder de nuestros pensamientos tiene una influencia mucho más poderosa en nuestro bienestar que el que las personas realmente saben o se pueden imaginar.

El poder de tus pensamientos y palabras puede rejuvenecer tu cuerpo, con la ayuda de otras energías positivas que interactúan con tu cuerpo, como una alimentación sana, libre de azúcares y productos procesados. 

El poder de envejecer o rejuvenecer está en nuestras manos, es una decisión interna y congruente con tu verdadero ser. 

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